Ser peluquero no es una profesión sencilla. Una de las cosas más duras dentro del gremio es “el misterio” cómo acertar con el estilo del cliente. Otra, arreglar un problema provocado por otro salón o por ti. El cliente se gana en mil veces que acuda al salón, pero se pierde con una que asista y no salga contento.
No eres peluquero/a; eres diseñador/a de peinado
Esto supone una enorme responsabilidad. Como asesor/a de imagen, tienes que comprender que no trabajas en un pequeño oficio, sino en una gran profesión; máxime si eres propietario/a del salón.
Un maquillaje mal elaborado, o una prenda poco acertada, son algo muy sencillo de arreglar. En cambio, con el cabello no resulta lo mismo; un mal corte te sentencia. No hay forma de rectificar, hay que buscar otras opciones.
El problema ya no está si tú metes la pata; seguro que te faltan dedos para contar todas las veces que alguien se acerca a ti para que arreglen el corte o mala coloración que se ha ejecutado en otro salón.
Los peinados son la parte más creativa de tu trabajo. Aparte de artista, tienes que tener conocimientos químicos para aplicar los tintes y coloraciones. Y por supuesto, ser muy empático/a y observador/a para cuando necesitan contarte algo o tengas que percibir el estilo del cliente y adecuarte a lo que le guste.
Cómo hacer que el cliente disfrute
El lavacabezas es tu gancho perfecto. Si durante ese momento logras con un ligero masaje que el cliente se sienta a gusto, seguro que el recorrido por la peluquería lo siente más placentero. Como dice Cristina Muñoz, directora de Universidad de la Imagen, “Estamos dispuestos a pagar más por lo que nos hace sentir mejor”. Si el cliente se siente mimado/a, se siente especial en el salón, es su “momento particular”, seguro que acude con asiduidad.
¡No tengas miedo a preguntarle! Expón tus dudas sobre lo que ya lleva, tendrás que saber qué le gusta y qué desea mejorar. Forma un vínculo para que se relaje y confíe en ti.
Trucos para acertar con el estilo del cliente
Tienes dos minutos: en ese tiempo tienes que hacer un diagnóstico general (observar su estilo exterior). Después tendrás un rato para hacer uno exhaustivo (en el que hablarás con el cliente y le conocerás, percibirás su estado de ánimo, etc.).
Los primeros momentos son cruciales. Antes de ponerle la capa, observa su edad, vestimenta, maquillaje, calzado, complementos… ¿Lleva un look sport? ¿Joyas minimalistas o piezas grandes de bisutería?
Todo da pistas a la hora de ayudarle en su asesoría de imagen personal. ¿Se toca mucho el flequillo? Quizás para esa persona es la parte más importante para verse bien.
Si es una novia, puedes ver su vestido para inspirarte. ¿Es muy clásico? Quizás una coca baja con un adorno es lo que pide a gritos. En cambio, si tiene un enorme escote de espalda, un recogido alto (siempre adecuándolo a su rostro).
Este año tienes una gran oportunidad de repasar tus técnicas de recogidos en nuestros cursos en Valencia, Sevilla, Mérida y Alicante. Son grandes oportunidades para crear nuevos estilos y trenzados desarrollando tu parte más creativa mientras que mejoras conocimientos técnicos.
Te enseñamos a adaptarte al estilo del cliente
Es necesario que utilices todas las herramientas y tengas muy buen ojo para aclimatarte a la persona. Trata de mantener una buena comunicación inicial para descubrir qué desea y qué le gusta. El diagnóstico es fundamental. Si metes la pata en un corte y sabes su estilo, seguro que tienes un “plan B” para solucionarlo. Hay que plasmar con éxito su estilo en tu obra de arte: su peinado.
No olvides los colores: ayudan a corregir y acentuar rasgos. En nuestros cursos de Colorimetría Aplicada a Peluquería en Zaragoza y Barcelona, aprendes a aplicar correctamente el color y adaptarte al cliente.
Un pequeño secreto (truco) profesional que queremos chivarte desde Universidad de la Imagen es que emplees las mismas palabras que utiliza el cliente. Así se sentirá escuchado/a y comprendido/a, se llama Técnica de la Reformulación. Se siente a gusto, con más comodidad, ¡y seguro que sonríe! Te comprenderá y verá que le entiendes a la perfección.
¡Feliz día a todos los peluqueros enamorados de esta profesión tan bonita!